El sexo siempre ha estado presente en el cine, prácticamente desde su nacimiento. La primera escena con desnudos se rodó ya a principios del siglo XX, y desde entonces, a pesar de la censura, no hemos parado de ver erotismo en pantalla. La pornografía tampoco tardó demasiado en surgir, aunque es cierto que su éxito sí fue más tardío. Al fin y al cabo, era un tipo de cine mucho más explícito, donde se mostraban actos sexuales completos y sin censura. Eso provocó que el porno fuera marginado prácticamente hasta finales de los 60. En aquella época, el amor libre y la nueva forma de entender la sexualidad permitieron que el porno saliera del agujero… y se comiera al cine erótico tan de moda en esos momentos. El erotismo se podía permitir absolutamente todo en pantalla, excepto mostrar el sexo de forma explícita. Había desnudos, tanto femeninos como masculinos, y también escenas de sexo, pero eran simuladas, algo impensable en el porno.
Esa es la principal diferencia que hay entre el porno y el cine erótico, que derivó a su vez en un tipo de cine llamado softcore, muy popular en los 80 y 90. Este género producía películas de clara temática morbosa, con una historia muy simple pero muchas escenas sexuales. Eso sí, jamás aparecía nada tremendamente explícito, y toda relación ante las cámaras era fingida… ¿o tal vez no? El cine softcore era producido por diferentes cadenas, incluyendo HBO, que en su momento llegó a tener canales específicamente dedicados a este género. Eran películas que dotaban al sexo de un halo de misticismo elegante, con una banda sonora algo hortera y muchos filtros en la cámara. Casi daba la sensación de que las escenas sexuales eran un sueño coreografiado, nada que ver con la intensidad y la veracidad del porno. Por eso muchos admiten que el cine softcore solo se puede catalogar como porno blando, y puede que tengan razón. Sin embargo, este tipo de películas siempre han tenido su público, aunque en estos últimos años su producción está descendiendo bastante. Parece que ya no buscamos algo suave, sino que queremos ir directos a lo más duro y explícito.
Sigue leyendo Cine Softcore, el triunfo del porno sin sexo