Las relaciones no siempre son idílicas, y el que siga pensando que en el amor no hay altibajos, que siempre va a sentir lo mismo por la otra persona y que van a estar enamorados para siempre con la misma pasión, peca de ingenuidad, algo que puede llegar a ser muy peligroso si nos dejamos llevar por ello. Cuando una pareja lleva ya un tiempo, cuando esas personas se conocen de sobra y parece que ya no hay nada nuevo en sus vidas, es natural que la rutina vaya ganando terreno a la pasión. Y sin pasión no hay amor, y no hay relación que sostenga eso, al menos en buenos términos. Por supuesto, la pasión del principio de la relación seguramente sea más intensa y ardiente, y esa no la volveremos a recuperar, pero al menos hay que mantener un mínimo de lujuria para que todo sea mucho más fácil y excitante.
Todas las parejas suelen pasar por ese bache. Puede llegar antes o después, pero al final llega, y nos hace sentir que estamos en un momento complicado, porque incluso dudamos de lo que sentimos, de nuestro amor, de eso que nos parecía irrenunciable hasta hace unas semanas. Es un proceso que lleva su tiempo, por supuesto. No es algo que ocurra de la noche a la mañana, salvo en casos donde haya una infidelidad o algo mucho más gordo de por medio. La rutina va poco a poco adueñándose de la relación y apagando esa llama que hasta ahora nos mantenía vivos. Hay que saber luchar por ella, por mantener ese fuego dentro de nosotros, para seguir alimentando la propia relación. Nosotros te vamos a dar las claves para conseguirlo.
¿Por qué se apaga la llama de la pasión?
Hay muchas razones que llevan a que una relación decaiga, y es algo de hecho natural que ocurra con el tiempo. Las relaciones suelen empezar de una forma muy intensa, dejándonos llevar más por las emociones y los sentimientos que por la lógica. Vivimos unos primeros meses de ensueño, y pensamos que siempre será así. Pero luego llega la rutina, y la cosa se complica. La pasión que sentíamos al principio, y que nos permitía llevar nuestro placer mucho más lejos, ahora se queda a medias y ya no funciona como antes. Es algo que puede llegar a ser preocupante, sobre todo si afecta de manera directa a la convivencia de la pareja. En cierto modo hay que acostumbrarse a esa llama menos intensa, pero por nada del mundo deberíamos permitir que se apague del todo.
Nuevas posturas sexuales
La rutina es la principal causa de que la pasión se pague poco a poco en una relación, así que podemos contrarrestarla haciendo siempre cosas nuevas y diferentes, buscando alternativas para reavivar toda esa pasión que podamos llevar dentro, tanto la nuestra como la de nuestra pareja. Probar nuevas posturas sexuales es una de las mejores formas de conseguirlo, porque así salimos de lo de siempre y nos animamos con algo diferente y distinto, que puede ser la puerta a un nuevo mundo de satisfacción, además. Disfrutar del sexo siempre es algo que une mucho a la pareja, pero para ello debemos poner de nuestra parte. Si lo hacemos siempre de la misma forma, o no tenemos muchas relaciones, seguramente la pasión acabe por apagarse y eso no será nada bueno para nuestra relación de pareja, ya que necesitamos esa llama viva.
Juegos sexuales que desconocían
Las posturas sexuales son solo una de tantas formas como hay de animar un poco las relaciones. Otra, por ejemplo, es probar algunos juegos eróticos. Desde el rol con disfraces hasta juegos atrevidos que hagan expandir el horizonte de vuestra pasión y llegar más allá a la hora de disfrutar, todo debe ser consensuado, por supuesto, pero estáis aquí para hacer cosas diferentes, para disfrutar más allá de los límites previstos, de la propia zona de confort. De la rutina se sale precisamente de esa manera, dejándonos llevar por completo y buscando nuevas alternativas que hagan que nuestro horizonte sexual se expanda. Hoy por hoy hay muchos juegos eróticos especialmente pensados para parejas que ya llevan un tiempo saliendo y necesitan ese empujoncito para llegar más allá.
Estrenar lencería
Para las chicas, usar lencería siempre va a ser un plus a la hora de sorprender y llamar la atención de su pareja. Por supuesto, los chicos también pueden ponerse más elegantes para ese momento íntimo, pero la lencería femenina sigue estando a años luz de la masculina en cuanto a sensualidad, morbo y belleza. Hoy por hoy es muy fácil encontrar este tipo de conjuntos, que pueden ser más o menos atrevidos, y seguramente encajen a la perfección en tu gusto y con tu cuerpo, tengas 30 o 50 años. La lencería siempre suele dar muy buen resultado para avivar la llama de la pasión, pero sobre todo si no acostumbras a llevarla y de pronto te la pones para esa noche especial con tu pareja. Te lo agradecerá, seguro.
Olvidar los tabúes
Estamos llenos de ellos, muchos autoimpuestos de hecho, aunque pensemos que somos totalmente libres. Los tabúes están ahí, en nuestra mente, para bloquear ese placer que pensamos que no es apto para nosotros, o para no realizar esa fantasía que creemos demasiado perversa y prohibida. Cuando entramos en el dormitorio, los tabúes deben quedarse fuera, para que todo pueda fluir de verdad entre la pareja, y así dejarnos llevar por completo sin que haya nada que nos detenga. Disfrutar del vicio sin barreas ni límites es seguramente lo mejor que podamos hacer, así que no te quedes con las ganas y lánzate a vivir esos momentos más auténticos y salvajes, reavivando la pasión con tu pareja, porque siempre hay que mantener la llama viva.