La psicología ha tratado de analizar y categorizar, a lo largo de las últimas décadas, todo ese compendio de deseos especiales que sentimos en relación al sexo. Los llama parafilias, y son conceptos que aluden al deseo que sentimos por algo muy concreto, carente en la mayoría de casos de la parte erótica implícita. Por ejemplo, hombres a los que les gustan las medias de seda. Son bonitas, desde luego, pero no son directamente eróticas, a menos que tengas ese fetiche. Las parafilias no suelen ser peligrosas, siempre que se logren mantener como tal y no como deseos obsesivos. En este sentido, la psicología se encarga de intentar entender por qué a muchos hombres y mujeres les enciende el deseo al realizar cierto tipo de actos. Las fantasías sexuales también tienen mucho que ver a este respecto, y es que hay algunas que se repiten y son comunes, pero otras son bastante más extrañas. Tanto que incluso muchas profesionales del sexo no las llevan a cabo.
Cuando uno acude a una profesional del placer suele hacerlo para conseguir un servicio especial, algo que, por norma general, las chicas habituales no ofrecen. Hay todo tipo de clientes, por supuesto, y algunos solo pagan por tener sexo, tan simple como eso, ya que no lo consiguen de otra forma, o prefieren esta manera. Sin embargo, muchas amantes profesionales son realmente las encargadas de hacer realidad las fantasías más morbosas y atrevidas de esos clientes. Ellos necesitan disfrutar de esos deseos, a veces prohibidos, y saben que es muy complicado encontrar a una chica “normal” que los lleve a cabo. Por eso se entregan con estas profesionales, que en la mayoría de casos, sí que están preparadas para hacerlos. Sin embargo, incluso entre las profesionales hay amantes que se niegan a llevar a cabo ciertos servicios. Por lo que comprometen, por lo que suponen, y por no ser, desde luego, nada sencillos de realizar en algunas ocasiones. Hemos recopilado algunos de los servicios que solo algunas escorts son capaces de llevar a cabo, y que muchas otras se niegan a realizar. Están en su derecho, por supuesto, porque al fin y al cabo el placer está para disfrutar y no para pasar un mal rato.
Beso negro
Sin duda, uno de los servicios más polémicos que existen. El beso negro se considera una de las parafilias más extrañas, y aun así, su éxito no es ni mucho menos discreto. Tal vez porque las nuevas generaciones lo ven en muchas escenas porno, o simplemente, porque ya no hay tanto tabú con todo lo relacionado con el sexo anal. El beso negro consiste en realizar sexo oral, de la misma que se haría en la vagina, pero en el ano de la persona, chico o chica. En el caso de los chicos, el punto G suele estar cerca de ese orificio, así que juguetear con nuestra lengua por él puede suponer un placer espectacular. Eso sí, la limpieza del chico debe ser absoluta, por motivos obvios, y eso es lo que hace que muchas escorts se nieguen a llevar a cabo el servicio.
Lluvia dorada
Seguimos con servicios bastante desagradables, al menos para la mayoría. Y es que aunque cueste creerlo, hay gente que encuentra excitante el hecho de orinar sobre su pareja sexual, o recibir ese orín por su cuerpo. La lluvia dorada es uno de esos servicios que siempre trae polémica y por tanto, pocas chicas lo realizan. De hecho, entre las que sí lo hacen, la mayoría prefiere ser la persona que orine, y no la que lo reciba. Normalmente este tipo de servicios se llevan a cabo en situaciones de dominación o sumisión, dentro del BDSM, pero puede ser también un servicio aparte, como culminación a un encuentro sexual. Y sí, hay personas que se excitan por el olor del orín, o por sentirlo sobre su piel, algo que a veces es bastante complejo de explicar…
Fisting
Aquí pasamos ya de las parafilias desagradables a las directamente peligrosas. El fisting es un servicio que solo unas pocas escorts ofrecen, por su dificultad y sobre todo, por los riesgos que conlleva. Se trata de introducir nuestro puño, de manera total o parcial, en la vagina o el ano de la otra persona. Evidentemente, este tipo de orificios no están preparados para recibir algo tan contundente, y por más lubricante que se utilice, este tipo de prácticas suelen conllevar desgarros. He ahí el peligro del fisting, sobre todo cuando se lleva a cabo por personas que no tienen tanta experiencia en este tipo de servicios y no saben prepararse bien. Las chicas que pueden hacerlo suelen tener experiencia no solo en el sexo, sino también en yoga, pilates y ejercicios de suelo pélvico.
Coprofagia
No, las filias desagradables todavía no se habían terminado. Hay una que faltaba y que, desde luego, corona al resto. Y advertimos desde ya que puede ser demasiado para muchos lectores, pero es totalmente real y de hecho, algunas escorts valientes o insensatas la llevan a cabo. Se trata de la coprofagia, la fantasía de ponerse cachondo disfrutando de las heces de otra persona. Así, tal y como suena. Para la mayoría, una auténtica asquerosidad que no tiene ningún sentido. Para otros, una forma como otra cualquiera de encontrar el camino hacia el deseo, sintiendo una excitación inaudita gracias a el olor, el tacto e incluso el gusto de las heces. Si eres uno de ellos, buena suerte para encontrar a una chica que acepte este servicio, incluyendo a las amantes profesionales.
Squirting
Terminamos la lista con una filia algo más habitual, y no por ello sencilla de encontrar entre las amantes profesionales. El squirting es la capacidad de una chica de eyacular de manera espectacular, con una gran cantidad de fluido vaginal, cuando llega al orgasmo. Es algo que muy pocas dominan, e incluso entre las actrices porno, el squirt es un elemento diferenciador y muy demandado. Las mujeres que pueden realizarlo suelen aprender por sí mismas, con tocamientos y masturbaciones. Sin embargo, hacerlo en pareja suele ser más efectivo, sobre todo si el chico también sabe cómo hacer llegar a ese punto de intensidad brutal a su pareja sexual. El squirt es una fantasía que, por ser tan especial, pone realmente cachondos a los hombres. Encontrar a una chica que la lleve a cabo no es fácil, pero cuando lo hacemos, es una experiencia inolvidable de verdad.