Cuando miramos al cielo, sea cual sea el momento, seguramente nos sorprendamos por todo lo que ocurre ahí arriba, en la atmósfera, en el espacio exterior, con la combinación de estrellas, con el movimiento de nuestro planeta alrededor del Sol y sobre sí mismo, permitiéndonos disfrutar cada día de los preciosos amaneceres y atardeceres, muchas veces salpicados por nubes como esponjas que se cruzan para dotar de aun más belleza esos instantes. Todos ellos son fenómenos atmosféricos, y tienen que ver con la manera en la que la luz, la temperatura y la densidad inciden sobre esa parte de nuestro planeta, la que nos protege directamente de los rayos del sol y que sirve como “cúpula”. Estos fenómenos atmosféricos están en nuestro día a día y como decíamos, ocurren básicamente a todas horas, pero son bastante desconocidos en su terminología más técnica o científica.
A estas alturas todos sabemos cómo se forman las nubes, pero tal vez no entendamos del todo porque algunos días están más altas y son más uniformes, mientras que en otros días son mucho más bajas, formando incluso niebla. Estos fenómenos tienen explicación, por supuesto, pero a veces no es tan sencilla como para aprenderla de carrerilla. Sin embargo, ese conocimiento ha entrado dentro del acervo popular a través de frases hechas o refranes que, con gran sabiduría, adaptan al entendimiento de cualquiera el funcionamiento de muchos de estos fenómenos. Tal vez no los entendamos del todo, pero sí que somos capaces de preverlos y saber cómo van a evolucionar. En este artículo queremos ahondar un poco más en todo lo que suponen estos fenómenos que tienen lugar a muchos kilómetros por encima de nosotros, pero que solo pueden entenderse desde nuestras perspectiva, con los pies en la tierra.
Qué es un fenómeno atmosférico
Los fenómenos atmosféricos pueden definirse como el resultado de las variaciones de temperatura, luz y densidad del aire que ocurren en la atmósfera. Esa capa de gases que mantiene una especie de cúpula de protección sobre nuestro planeta, al igual que con muchos otros, y que permite la vida en el mismo. Los fenómenos atmosféricos muchas veces se conciben solo como fenómenos meteorológicos, pero hay varios tipos de ellos, como vamos a ver a continuación. Las variaciones en temperatura y densidad del aire provocan la aparición de las nubes, su altura y las propias precipitaciones, así que el cambio de la temperatura puede hacer que el cielo se vea de un color o de otro. El propio movimiento de rotación de nuestro planeta interactúa con la atmósfera para reflectar la luz del sol y cambiarla de color en cada momento del día.
Fenómeno atmosférico óptico
Son aquellos fenómenos atmosféricos que podemos ver desde la Tierra, resultado sobre todo de la forma en la que los rayos solares (o lunares) inciden con los gases que forman parte de la atmósfera. Dependiendo de la cantidad de gases y del momento, la luz se reflejará de una u otra manera. De ahí que al amanecer y al atardecer, la luz que nos llega sea mucho más débil y con unos tonos algo más fríos. Cuando tenemos el sol justo encima, la dispersión de la luz se lleva a cabo por el propio “cielo”, que no es más que la atmósfera reflejando esa luz que le llega directamente, siempre que no haya otro tipo de fenómenos, como las nubes o la nivela, lo que también hacia cambiar ese efecto óptico que se produce.
Fenómeno atmosférico hídrico
Llegamos a uno de los más conocidos y repetidos, aunque seguramente muchos no lo conozcan por este nombre. Los fenómenos hídricos tienen que ver con la forma en la que la temperatura y la densidad del aire inciden en los fenómenos de precipitaciones, como la lluvia, la llovizna o el rocío. Las nubes no son más que formulaciones de aire que van cargadas de agua, y que al chocar entre sí, o al virar de rumbo por el cambio de densidad del aire o la temperatura de la atmósfera, provocan esas lluvias. De ahí que se pueda saber cuándo va a llover, por la anticipación que nos permiten los anticiclones por ejemplo, y la manera en la que las masas de aire van viajando de un lado a otro por el planeta.
Fenómeno atmosférico meteorológico
Los fenómenos meteorológicos son aquellos que se producen por la incidencia directa en los camb9is de temperatura y densidad de las corrientes de aire. Dichas corrientes se forman en determinados lugares y van creciendo o empequeñeciéndose según esas variaciones de temperatura y densidad. Algunos fenómenos meteorológicos bien conocidos son los huracanes y las depresiones tropicales. Las masas de aire producen también buena parte de la incidencia en la temperatura que tenemos sobre la tierra, ya que una masa de aire polar, por ejemplo, puede llegar hasta países más al sur provocando grandes olas de frío e incluso nevadas, incidiendo también en los fenómenos atmosféricos hídricos. Al final, estos tres fenómenos tienen que ver entre sí y se afectan mutuamente, porque ocurren en la atmósfera.
Algunos ejemplos de estos fenómenos
Seguramente no habías pensado en ellos como fenómenos atmosféricos, pero la lluvia, el viento o la propia luz del atardecer son ejemplos perfectos de este tipo de fenómenos. Convivimos con ellos y podemos llegar incluso a intuir cómo se forman, pero se nos escapa el verdadero origen, porque normalmente no solemos saber mucho sobre la atmósfera. Esa capa de gas es la que nos mantiene a salvo de la luz directa ultravioleta, por ejemplo, sobre todo en momentos muy puntuales como las horas centrales de los días de pleno verano, donde la luz del sol incide con más fuerza en nuestro planeta. Sería mucho peor, de hecho, si no hubiera atmósfera, y seguramente las temperaturas serían tan altas que la vida en la Tierra no se podría dar, al menos como la entendemos ahora. De ahí la importancia absoluta de cuidar el medio ambiente y evitar el cambio climático.